Blink F 38.7

Quién no soñó alguna vez con navegar un Wally, un Swan o alguna otra belleza de esa estirpe. Supongamos por un momento que pudiéramos comprarlo. A partir de ese instante quedaríamos esclavizados y envueltos en una maraña de complicaciones acordes al tamaño de la embarcación: reunir una numerosa tripulación, coordinarla, trasladarla y alimentarla, sin contar la amarra, el seguro, el pañol, entre otros ítems que quizá logren amargarnos o, al menos, complicarnos las cosas.
Así surgió este proyecto. Con el objetivo de ofrecer las cualidades de los “monstruos” inalcanzables en una embarcación alcanzable que permita navegar con una logística racional.

Rápido y hermoso
Para alcanzar este ambicioso objetivo se necesitaría un barco de una hermosura singular y una velocidad excepcional. No hizo falta pensar mucho para elegir a Germán Freís como padre de la criatura. Se descartaron fórmulas artificiales de mediciones y se optó por la generación de una clase para poder transmitirle al barco todo el potencial disponible en su categoría. Se buscó un look “retro” entre las clases métricas internacionales y los Copa América, sin estridencias, de modo de lograr una belleza atemporal asegurando la vigencia ilimitada en el mercado.

De aquí para allá

El siguiente concepto requerido estaba relacionado con la capacidad de traslado. Si se pretende difundir una clase que compita internacionalmente se debe tener en cuenta que estos barcos no viajan solos. La pregunta fue, entonces ¿qué es lo más grande que se puede transportar en un contenedor de cuarenta pies? Trasladar un barco sobre cubierta no solamente es costoso sino también riesgoso, amén de tener que conseguir permisos de capitanías y otras yerbas. Por último era necesario simplificar y estandarizar los procesos de armado y desarmado de todos los apéndices para no requerir de mano de obra especializada en destino.

En marcha
Afortunadamente Frers compartió el entusiasmo por este original y exigente proyecto que se convirtió en todo un desafío. El resultado superó ampliamente la idea original. Desde los primeros planos y renders el barco “pedía a gritos” salir navegando. Sin modificaciones se construyeron modelos, matrices y el primer barco, el que fue botado para ser sometido a la más rigurosa serie de pruebas renavegación. Desde el primer momento la embarcación demostró ser sumamente temperamental pero, a su vez, absolutamente equilibrado.
Navegarlo produce una extraña sensación. Si bien es notorio que se está a bordo de un cuarenta pies, lo que transmite la navegación es más cercano a lo que se siente a bordo de un 470, donde realmente se percibe la aceleración al cargar una racha. A pesar de su reducida manga posee una estabilidad inicial sorprendente. El barco corta la ola prácticamente sin montarla, manteniendo un equilibrio longitudinal excelente. Con vientos suaves, mientras que el resto de las embarcaciones parecen fondeadas, se desplaza como “con viento propio”. El Blink es un day sailer de cubierta corrida y cockpit generoso, que puede llevar cómodamente una tripulación de entre dos y cuatro personas.

Mercado
El objetivo principal fue, desde el primer momento, crear un barco destinado al Mediterráneo y lagos europeos. Por ese motivo la primera unidad fue enviada a Francia donde se continuaron las pruebas para validar completamente todos los conceptos involucrados que, individualmente, no son nuevos, pero en conjunto abren un mercado en el que recién se comienzan a ver participaciones como la del Wally Nano, aún en la instancia de renders y maquetas.
El barco fue recibido por Mónaco Marine en Saint-Tropez donde fue retirado del contenedor y ensamblado tal como se había previsto. Se botó y a partir de ese momento fue llevado a distintos eventos como las Regates Royales, en Cannes, o Les Voiles de Saint-Tropez, en la ciudad homónima. Se visitaron los puertos de P. Condo, St. Maxim, Port Grimaud, entre otros, donde el Blink cosechó halagos e invitaciones para participar en las regatas del lago de Ginebra o Il Garda. Actualmente se halla disponible para pruebas en el astillero que posee Mónaco Marine en Cogolin, Francia. Este mismo astillero —con siete puertos propios entre la Costa Azul francesa, Mónaco y el norte de Italia— es quien se encargará de recibir, alistar y entregar los barcos a sus futuros propietarios.

Ficha técnica
Eslora: 11.80 m.
Eslora en flotación: 10.00 m.
Manga máxima: 2.26 m.
Manga en flotación: 2.00 m.
Calado: 2.10 m.
Desplazamiento: 3250 kg.
Superficie vélica: Mayor 50 m2, Genoa 27 m2, Spi asimétrico 52 m2.
Maniobra: Harken, USA.
Molinetes: Harken, Italia.
Arboladura: Bohn Racing, Argentina.
Motor: Yanmar 2YM15/SD20.
Material de casco y cubierta: Sándwich de PVC con fibras uni y bidireccionales. Resina Vinylester. Laminación en vacío/infusión.
Cockpit y bancadas: Teca.
Refuerzos: Carbono/Epoxi.
Timón/eje: Carbono/Epoxi.
Bujes autoalineantes: Jeffa, Alemania.
Proyecto: Guillermo H. Aloisi.
Diseño: Germán Frers.
Construcción: Constructora Naval Norte.
Asesoramiento: Ziltis, Francia.
Alistamiento: Mónaco Marine.
Website: http://www.blinkboats.com/.

Texto Copyright Bienvenido a Bordo